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jueves, 19 de diciembre de 2013

Santo Tomás de Aquino. Clase-tutoría UNED

La clase del martes 17/12. Destinada a mis alumnos actuales (hay que autenticarse en el Campus UNED).

https://www.intecca.uned.es/portalavip/grabacion.php?ID_Grabacion=106743&ID_Sala=61107&hashData=c522ef0b105f4c5b6104613464a51232

Reunión de despedida del año con los nuevos filósofos...

Ana, Karla, Rosa, Eduardo, Rocío, Camoa y Rolando.
Con Rosa y Rocío
Karla y Alicia
Ana y Viki
En esta reunión a la que asistieron algunos de mis alumnos, también festejamos el inicio de las vacaciones de invierno (aunque para ellos será la época de estudio más fuerte). 

Departimos entre nosotros de un modo muy sincero, directo y espontáneo y aprovechamos para conocernos mejor. 

Como suele ocurrir en este tipo de encuentros, la "vida misma" fue el centro de nuestras conversaciones (el amor, la felicidad, la amistad, el trabajo, la filosofía...)

Al retirarnos, contentos y satisfechos, creo que todos quedamos mucho más motivados por la filosofía compartida y sobre todo por la amistad recíproca.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

La filosofía cristiana


Segunda parte de mi clase de ayer de Historia de la Filosofía Antigua y Medieval (UNED).

Cristianismo y filosofía

En el siguiente enlace se encuentra una clase-tutoría de la UNED (Grado de G. e Historia) del curso pasado. De utilidad principalmente para mis alumnos de Historia de la Filosofía Antigua y Medieval. En los próximos días publicaré un video de la clase de hoy.

(Nota: hay que estar conectado al Campus UNED antes de abrir el enlace).

https://www.intecca.uned.es/portalavip/grabacion.php?ID_Grabacion=69406&ID_Sala=61107&hashData=602d6112997980201e512b090c877ee3

jueves, 5 de diciembre de 2013

martes, 3 de diciembre de 2013

Aristóteles 1ª parte (Videoclase. UNED)

Es una grabación de una clase mía en la UNED. No se ha podido editar, por lo que se ve tal cual es trasmitida en la plataforma virtual de la universidad. El motivo de publicarla, a pesar de sus limitaciones técnicas, es que sea de utilidad para mis alumnos actuales. Aunque también puede ser de algún interés para otros lectores de este blog.





domingo, 1 de diciembre de 2013

Presentación de un libro sobre Luis Gómez Llorente en el CDL de Madrid.

Reunión del sábado 30 de noviembre

Ayer tuvimos en Madrid un nuevo encuentro de nuestro grupo. El tema previsto era "El amor, fuente de felicidad y de dolor". Habíamos leído dos textos para comentar en la reunión. Como siempre, elegimos uno de la filosofía clásica y otro contemporáneo. En esta ocasión, seleccionamos un fragmento del "Banquete" de Platón y otro de E. Fromm del "Arte de Amar".
Asistió un número reducido de personas, lo que facilitó un diálogo y una comunicación muy cercanos. Con un grado de intimidad inusual.
Abordamos la cuestión de una manera muy concreta y basada, sobre todo, en las propias experiencias personales. En lugar de una disquisición más o menos teórica, el resultado fue una auténtica sesión de filosofía práctica. Fue la propia vida la que se puso en el tapete.
En conclusión: un encuentro muy provechoso y estimulante.



En compañía de dos puntales del grupo: Rocío y Arantxa.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Curso La filosofía como Terapia. Últimos días para matricularse.

Muchas personas se han interesado por el curso "La Filosofía como 
Terapia" que imparto en la UNED. También me preguntan cómo 
y dónde hay que matricularse.
Es muy fácil, se puede hacer on-line en el siguiente enlace:
 
http://formacionpermanente.uned.es//tp_actividad/idactividad/6393 
 
Aún estáis a tiempo. El plazo de matrícula finaliza el próximo 5 de diciembre. 
Para que lo tengáis en cuenta, os informo de que las tasas de estos cursos han bajado 
un 20% respecto del año pasado. 
La UNED otorga un diploma oficial del curso que acredita 150 horas de formación
También válido para ser convalidado en estudios de Grado. 
(CERTIFICADO DE ENSEÑANZA ABIERTA: 6 créditos ECTS (Sistema Europeo de 
Transferencia y Acumulación de Créditos).
 El curso comenzará el próximo 15 de diciembre y finalizará el 31 de mayo de 2014. 

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Cita con Arantxa

El próximo sábado 30/11 nos reuniremos en el museo Reina Sofía, a las 11:00. El tema: "el amor, fuente de felicidad y de dolor". El motivo principal: encontrarnos con nuestra amiga Arantxa.

En principio esta reunión no estaba prevista hasta mediados de diciembre (de ahí la premura de la convocatoria) pero, después de algunos meses de no ver a nuestra querida amiga y aprovechando que ella se encontrará en Madrid, hemos decidido fijar esta cita. En realidad es un encuentro de amigos - más informal que otras veces pero no con menor dedicación y profundidad. Las cosas hay que hacerlas cuando son necesarias aunque alteren la rutina.


También aprovecharemos la oportunidad para conocer a nuevos invitados. Como dijimos en su momento, la nuestra es una comunidad filosófica - dinámica y abierta (real y virtual) - en permanente proceso de transformación y cambio.


                           Singularis. Lugar de la reunión

sábado, 16 de noviembre de 2013

Aristóteles. Metafísica.


La primera página del libro I de la Metafísica.

Comienza afirmando que todos los hombres, por naturaleza, desean saber y aquí  se prefigura toda su filosofía. (Todos los seres humanos somos naturalmente filósofos).



lunes, 11 de noviembre de 2013

Seguimos con el Jardín (Silvia Artigues)

En principio quiero daros las gracias a todos por que aprendo muchísimo cuando leo vuestras entradas.

Últimamente se hablaba del jardín de Epicuro, su modo de estar en el momento de crisis que le tocó vivir, su inteligente manera de cuidarse cuerpo y alma y de buscar aquellos placeres profundos, los del alma.
¿Podemos nosotros hacer lo mismo? ¿es tiempo de retirarnos a nuestro jardín? ¿cómo afrontamos la crisis que nos toca vivir?

Creo que sí es válida la idea de retirarse pero no a un jardín físico sino a nuestro jardín interior. Retirarnos del mundanal ruido aún estando en el meollo, retirarnos a nuestro profundo yo para, desde allí, actuar de la manera más auténtica. Salir del mundo, para ayudar al mundo.
Volver nuestra mirada a nuestro ser para sabernos eso precisamente, ser. Y, desde ahí (desde la primera intención) poder empezar a reconocernos como humanidad, a comprendernos. Y con esta comprensión profunda que provoca el hecho de reconocernos como lo mismo, amarnos (en el sentido más profundo del término Amor)

La comprensión (y, no hablo de justificación en un sentido moral) nos llevará por el sendero que tiene dos sentidos al mismo tiempo; la comprensión, digo, nos llevará hacia nosotros mismos (el sí-mismo) y hace el ser-otro. Ahí, puede darse un nuevo mundo por qué hay una nueva mirada y es, en definitiva, mi propia mirada la que crea mi mundo, que no pre-existe al margen de mí; de igual modo que no pre-existe  el reflejo en el espejo al margen del cuerpo que se mira en él.

Silvia Artigues


jueves, 7 de noviembre de 2013

lunes, 4 de noviembre de 2013

El Jardín de Epicuro según Silvia Artigues


El jardín de Epicuro... que magnífico lugar. ¿Dónde está el jardín de Epicuro? ¿Qué muros hay que saltar para entrar en ese vergel? ¿Tras qué matorrales se oculta?
Me parece entrever que todo aquello que oculta el deseado jardín es mi propio pensamiento que se enreda, mi propio yo envuelto en kilométricas cintas de pensamientos falsos, de creencias infundadas... Aquello que me oculta el jardín de Epicuro hoy, es todo aquello que me impide reposar en mí. ¿Seré yo la respuesta? ¿Será qué no tengo que ir a ningún lugar, ni viajar infinitamente alrededor de diferentes universos? ¿Será que sólo tengo que descubrir-me como quien descubre una obra de arte?
El verdadero placer al que nos invita Epicuro entiendo que es el placer de saberme en mi centro, en mí-mismo y desde ahí mirar; entonces, el mundo siendo el mismo ocupa su verdadero lugar y se descentraliza. Y yo, silente, puedo descubrir los entresijos del conocimiento verdadero.
El mundo es lo que es y lo que viene siendo a lo largo de la historia, un juego de espejos, una confrontación de opuestos, la caverna platónica, allá en sus profundidades ¿qué hacemos entonces y, sobre todo, desde dónde vamos a hacer lo que queremos hacer?
Si entramos en el juego de los espejos nos perdemos entre los reflejos y las sombras, hasta que finalmente entre placeres banales se impone el sufrimiento. Sin embargo, nos cabe aún la posibilidad, como Epicuro, de replegarnos en nuestro interior, de ver hondamente nuestra propia naturaleza y desde ahí, entregados a la genuina respuesta que de nosotros nazca, actuar.
Tal vez hoy no podamos ocultarnos tras muros de piedra, la información a través de las nuevas tecnologías conquista hasta el último hueco y te salpican olas de opiniones, una aparente realidad enemiga nos reta y nos tienta todo el tiempo, sin embargo sí podemos encontrar nuestro verdadero jardín, que está tan cerca de nosotros que no hay que ir a ningún sitio solamente mirar en el lugar adecuado. Ese mirar es filosofía, que no “es medio sino fín” y en dulces susurros y sin presiones nos muestra, respetando nuestro ritmo, las verdaderas profundidades de la vida.
Un fuerte abrazo.
Silvia

domingo, 27 de octubre de 2013

Epicuro. Lettera sulla felicità.

Lettera sulla felicità - Epicuro

(Compartido desde  Phi Filosofia Dibattito )

Meneceo,
Non si è mai troppo giovani o troppo vecchi per la conoscenza della felicità. A qualsiasi età è bello occuparsi del benessere dell'anima. Chi sostiene che non è ancora giunto il momento di dedicarsi alla conoscenza di essa, o che ormai è troppo tardi, è come se andasse dicendo che non è ancora il momento di essere felice, o che ormai è passata l'età. Da giovani come da vecchi è giusto che noi ci dedichiamo a conoscere la felicità. Per sentirci sempre giovani quando saremo avanti con gli anni in virtù del grato ricordo della felicità avuta in passato, e da giovani, irrobustiti in essa, per prepararci a non temere l'avvenire. Cerchiamo di conoscere allora le cose che fanno la felicità, perché quando essa c'è tutto abbiamo, altrimenti tutto facciamo per averla.
Pratica e medita le cose che ti ho sempre raccomandato: sono fondamentali per una vita felice. Prima di tutto considera l'essenza del divino materia eterna e felice, come rettamente suggerisce la nozione di divinità che ci è innata. Non attribuire alla divinità niente che sia diverso dal sempre vivente o contrario a tutto ciò che è felice, vedi sempre in essa lo stato eterno congiunto alla felicità. Gli dei esistono, è evidente a tutti, ma non sono come crede la gente comune, la quale è portata a tradire sempre la nozione innata che ne ha. Perciò non è irreligioso chi rifiuta la religione popolare, ma colui che i giudizi del popolo attribuisce alla divinità.
Tali giudizi, che non ascoltano le nozioni ancestrali, innate, sono opinioni false. A seconda di come si pensa che gli dei siano, possono venire da loro le più grandi sofferenze come i beni più splendidi. Ma noi sappiamo che essi sono perfettamente felici, riconoscono i loro simili, e chi non è tale lo considerano estraneo. Poi abituati a pensare che la morte non costituisce nulla per noi, dal momento che il godere e il soffrire sono entrambi nel sentire, e la morte altro non è che la sua assenza. L'esatta coscienza che la morte non significa nulla per noi rende godibile la mortalità della vita, togliendo l'ingannevole desiderio dell'immortalità.
Non esiste nulla di terribile nella vita per chi davvero sappia che nulla c'è da temere nel non vivere più. Perciò è sciocco chi sostiene di aver paura della morte, non tanto perché il suo arrivo lo farà soffrire, ma in quanto l'affligge la sua continua attesa. Ciò che una volta presente non ci turba, stoltamente atteso ci fa impazzire. La morte, il più atroce dunque di tutti i mali, non esiste per noi. Quando noi viviamo la morte non c'è, quando c'è lei non ci siamo noi. Non è nulla né per i vivi né per i morti. Per i vivi non c'è, i morti non sono più. Invece la gente ora fugge la morte come il peggior male, ora la invoca come requie ai mali che vive.
Il vero saggio, come non gli dispiace vivere, così non teme di non vivere più. La vita per lui non è un male, né è un male il non vivere. Ma come dei cibi sceglie i migliori, non la quantità, così non il tempo più lungo si gode, ma il più dolce. Chi ammonisce poi il giovane a vivere bene e il vecchio a ben morire è stolto non solo per la dolcezza che c'è sempre nella vita, anche da vecchi, ma perché una sola è l'arte del ben vivere e del ben morire. Ancora peggio chi va dicendo: bello non essere mai nato, ma, nato, al più presto varcare la porta dell' Ade.
Se è così convinto perché non se ne va da questo mondo? Nessuno glielo vieta se è veramente il suo desiderio. Invece se lo dice così per dire fa meglio a cambiare argomento. Ricordiamoci poi che il futuro non è del tutto nostro, ma neanche del tutto non nostro. Solo così possiamo non aspettarci che assolutamente s'avveri, né allo stesso modo disperare del contrario. Così pure teniamo presente che per quanto riguarda i desideri, solo alcuni sono naturali, altri sono inutili, e fra i naturali solo alcuni quelli proprio necessari, altri naturali soltanto. Ma fra i necessari certi sono fondamentali per la felicità, altri per il benessere fisico, altri per la stessa vita.
Una ferma conoscenza dei desideri fa ricondurre ogni scelta o rifiuto al benessere del corpo e alla perfetta serenità dell'animo, perché questo è il compito della vita felice, a questo noi indirizziamo ogni nostra azione, al fine di allontanarci dalla sofferenza e dall'ansia. Una volta raggiunto questo stato ogni bufera interna cessa, perché il nostro organismo vitale non è più bisognoso di alcuna cosa, altro non deve cercare per il bene dell'animo e del corpo. Infatti proviamo bisogno del piacere quando soffriamo per la mancanza di esso. Quando invece non soffriamo non ne abbiamo bisogno.
Per questo noi riteniamo il piacere principio e fine della vita felice, perché lo abbiamo riconosciuto bene primo e a noi congenito. Ad esso ci ispiriamo per ogni atto di scelta o di rifiuto, e scegliamo ogni bene in base al sentimento del piacere e del dolore. E' bene primario e naturale per noi, per questo non scegliamo ogni piacere. Talvolta conviene tralasciarne alcuni da cui può venirci più male che bene, e giudicare alcune sofferenze preferibili ai piaceri stessi se un piacere più grande possiamo provare dopo averle sopportate a lungo. Ogni piacere dunque è bene per sua intima natura, ma noi non li scegliamo tutti. Allo stesso modo ogni dolore è male, ma non tutti sono sempre da fuggire.
Bisogna giudicare gli uni e gli altri in base alla considerazione degli utili e dei danni. Certe volte sperimentiamo che il bene si rivela per noi un male, invece il male un bene. Consideriamo inoltre una gran cosa l'indipendenza dai bisogni non perché sempre ci si debba accontentare del poco, ma per godere anche di questo poco se ci capita di non avere molto, convinti come siamo che l'abbondanza si gode con più dolcezza se meno da essa dipendiamo. In fondo ciò che veramente serve non è difficile a trovarsi, l'inutile è difficile.
I sapori semplici danno lo stesso piacere dei più raffinati, l'acqua e un pezzo di pane fanno il piacere più pieno a chi ne manca. Saper vivere di poco non solo porta salute e ci fa privi d'apprensione verso i bisogni della vita ma anche, quando ad intervalli ci capita di menare un'esistenza ricca, ci fa apprezzare meglio questa condizione e indifferenti verso gli scherzi della sorte. Quando dunque diciamo che il bene è il piacere, non intendiamo il semplice piacere dei goderecci, come credono coloro che ignorano il nostro pensiero, o lo avversano, o lo interpretano male, ma quanto aiuta il corpo a non soffrire e l'animo a essere sereno.
Perché non sono di per se stessi i banchetti, le feste, il godersi fanciulli e donne, i buoni pesci e tutto quanto può offrire una ricca tavola che fanno la dolcezza della vita felice, ma il lucido esame delle cause di ogni scelta o rifiuto, al fine di respingere i falsi condizionamenti che sono per l'animo causa di immensa sofferenza. Di tutto questo, principio e bene supremo è la saggezza , perciò questa è anche più apprezzabile della stessa filosofia, è madre di tutte le altre virtù. Essa ci aiuta a comprendere che non si dà vita felice senza che sia saggia, bella e giusta, né vita saggia, bella e giusta priva di felicità, perché le virtù sono connaturate alla felicità e da questa inseparabili.
Chi suscita più ammirazione di colui che ha un'opinione corretta e reverente riguardo agli dei, nessun timore della morte, chiara coscienza del senso della natura, che tutti i beni che realmente servono sono facilmente procacciabili, che i mali se affliggono duramente affliggono per poco, altrimenti se lo fanno a lungo vuol dire che si possono sopportare ? Questo genere d'uomo sa anche che è vana opinione credere il fato padrone di tutto, come fanno alcuni, perché le cose accadono o per necessità, o per arbitrio della fortuna, o per arbitrio nostro. La necessità è irresponsabile, la fortuna instabile, invece il nostro arbitrio è libero, per questo può meritarsi biasimo o lode.
Piuttosto che essere schiavi del destino dei fisici, era meglio allora credere ai racconti degli dei, che almeno offrono la speranza di placarli con le preghiere, invece dell'atroce, inflessibile necessità. La fortuna per il saggio non è una divinità come per la massa - la divinità non fa nulla a caso - e neppure qualcosa priva di consistenza. Non crede che essa dia agli uomini alcun bene o male determinante per la vita felice, ma sa che può offrire l'avvio a grandi beni o mali.
Però è meglio essere senza fortuna ma saggi che fortunati e stolti, e nella pratica è preferibile che un bel progetto non vada in porto piuttosto che abbia successo un progetto dissennato. Medita giorno e notte tutte queste cose e altre congeneri, con te stesso e con chi ti è simile, e mai sarai preda dell'ansia. Vivrai invece come un dio fra gli uomini. Non sembra più nemmeno mortale l'uomo che vive fra beni immortali.



Reunión de nuestro grupo filosófico del sábado 26 de octubre




Rocío, Javier, Sara, Janeyre, Eduardo, Victoria, Alex, Francisco y Leticia. 

Una filosofía para la crisis

Epicuro funda el Jardín en Atenas cuando la cultura griega se encuentra en declive respecto de su época dorada. Por lo cual podríamos caracterizar a la filosofía que allí se cultiva como una Filosofía de la CrisisEsta es una filosofía del individuo, quien es el sujeto del placer y del dolor. Se trata de liberar a este del sufrimiento para luego permitirle alcanzar el placer. La misión de la filosofía según Epicuro será ante todo terapéutica. Habrá que sanar la enfermedad del alma y enseñar al ser humano a vivir el placer. Previamente será necesario practicar una ascesis de los deseos para poder encontrar el verdadero placer, evitando ciertos placeres en los que los hombres encuentran la insatisfacción y el dolor (porque estos placeres son insaciables). De lo que se trata es de potenciar el placer “en reposo” que es un estado de equilibrio. El estado del cuerpo sosegado y sin sufrimiento.

El placer como supresión del sufrimiento es un placer absoluto. Gozar de uno mismo y de su propia existencia. Esto implica un especial estado de tranquilidad del alma y ausencia de perturbación.
En realidad, el único placer verdadero es el simple placer de existir. Toda la desdicha, toda la pena de los hombres, procede del hecho de que ignoran el verdadero placer. Una fuente de gozo que está al alcance de todos: “Gracias sean dadas a la Naturaleza que hizo que las cosas necesarias sean fáciles de obtener y que las cosas difíciles de alcanzar no sean necesarias”.

La felicidad consiste en tomar conciencia de lo maravilloso que hay en la existencia. La existencia considerada como puro azar, por eso debe ser vivida totalmente y como una maravilla única. Hay que darse cuenta de que la existencia -inexorablemente- no tiene lugar más que una vez por tanto, hay que festejarla en lo que tiene de irremplazable y único. En el filosofar se encuentra la felicidad, ya que surge de una actitud en cuyo acto mismo de ejercerla está la felicida. Filosofar no es un medio, es un fin en sí mismo. “En el ejercicio de la filosofía, el placer va a la par con el conocimiento. Pues no se goza después de haber aprendido, sino que al mismo tiempo se aprende y se goza”.

Al hilo de esto nos surge una pregunta ¿Qué significa actualmente el Jardín de Epicuro? Profundizar en esta filosofía pueda darnos algunas pistas. La época de crisis tienen su similitudes. Cuando se degradan y desmoronan los sistemas sociales que cobijan a los individuos, solo estos por sí mismos pueden emerger de la postración. La revolución de los individuos por sobre las contradicciones de un sistema que instaura la desigualdad, la pobreza, la dominación por parte de los poderosos - en definitiva- la infelicidad.
Los seres humanos individuales y concretos tenemos derecho de vivir nuestra existencia en plenitud. Las personas estamos por sobre los sistemas. Una sociedad de individuos libres emerge desde su fundamento: la conciencia plena de que en la vida de cada uno -en el goce de la existencia- está la felicidad y que esto nadie nos lo puede arrebatar. Y mucho menos una abstracción perversa como son los mercados y los estados guardianes al servicio de estos.

La revolución del individuo no se sitúa al margen de la política, sino que desdeña la actual organización política en la que priman lobbys de poder (los partidos mayoritarios), que están al servicio del poder económico que los subvencionan.

viernes, 25 de octubre de 2013

Sobre Epicuro (por Alejandro Villar)

Epicuro intenta devolver la simetría a los seres del cosmos más allá de otros universos conceptuales donde se instaura el antagonismo y la diferencia jerárquica de lo múltiple. Crea una ámbito para la igualdad entre los diferentes seres al pensar un cosmos donde existe un mismo fundamento y misma meta para todos.
Uno de los aspectos más bellos del pensamiento de Epicuro (y desde donde yo lo interpreto) gira en torno a la duda que nuestro filósofo acepta como principio de causalidad desde el cual el conocimiento crítico se emancipa del mito. Es desde estaa perspectiva desde donde Epicuro no buscará una verdad absoluta y señalará la necedad de esta búsqueda de una explicación siempre imposible y totalitaria a todo lo que acontece.
El hombre será capaz de encontrar en la duda un apoyo para emanciparse de la tiranía del Todo y obtendrá a cambio, una verdad fruto del razonamiento crítico y plural. Una actitud crítica que permitirá al ser humano rechazar como imposible una verdad absoluta -un saber más allá de toda duda.
La duda es el epicentro del conocimiento científico. Epicuro se nutre de la duda para acercarnos a la realidad más posible sin aspirar a conocer la realidad en su totalidad negando un fatum divino y arrebatando a los hados la libertad al otorgándosela al ser-humano.
Negar la posibilidad de una verdad absoluta no significa ningún tipo de esquizofrenia en relación a un Yo incapaz de sentir la realidad, sino que significa aceptar y disfrutar de lo que quizás acontezca o de lo que quizás no llegue a ser, disfrutar de aquello a lo que aquí y ahora no podemos todavía dotar de un significado.
Las enseñanzas de Epicuro se contextualizan en una paideia que se aparta de la de sus predecesores y también de aquellos que siglos después se erigirán como los nuevos sabios, sabios ya convertidos en teólogos, donde el éxtasis y lo sublime ocupará el lugar que dejará la reflexión crítica y plural.
Es en esta paideia donde Epicuro renuncia a la poesía como arte para la enseñanza.
La renuncia de Epicuro a la poesía no es solo un argumento estético, sino que considera que el lenguaje debe atenerse al sentido primero de las palabras y desconfía de este arte donde las palabras se endulzan y fácilmente inducen al error en su interpretación.
Pero yo opino que la desconfianza de Epicuro hacia la poesía guarda un miedo aún mayor y una advertencia de las consecuencias que supondría una estetización de la filosofía. Hay lecciones que han de ser enseñadas sin ningún adorno, al igual que para Epicuro también había males que era mejor no evitar.
Epicuro es consciente de la capacidad ontológica del lenguaje y por ello de la vital importancia de nombrar bien. La palabra no es un agente neutro , sino portadora de memoria y con capacidad para moldear la realidad, tanto la que existió, como la que llegará a acontecer y también aquella otra que simplemente es o fue posible.
Creo que Epicuro quizás temía la utilidad que podía tener la percepción sensorial del lenguaje emocional de la poesía. Con la poesía, y a través de un lenguaje endulzado bien podía exponerse el ser humano a una paideia donde la enseñanza moral no estuviera influenciada de manera directa por la reflexión, sino por las afecciones que surjan de palabras previamente escogidas con sumo cuidado para que provoquen en nosotros una reacción determinada a la espera de que surja una preconcebida postura moral. Postura moral ya ajena a toda reflexión, dando lugar a una comunidad ética donde la ley ya solo salvaguardará el orden establecido, una comunidad ética donde lo plural queda marginado.
Esa comunidad ética queda lejos del “estado de derecho” que existía en el Jardin, donde el individuo tenía el derecho de ser libre y feliz, lejos de destinos tiranos, lejos del antagónico Todo, un jardín donde se disfruta la diferencia y la felicidad.

(Aportación de Alejandro Villar, miembro de nuestro grupo, para la reunión del próximo 26/10)

jueves, 24 de octubre de 2013

Una filosofía de la esperanza


El camino de la búsqueda está marcado por la esperanza, pero es importante no confundir esperanza con fantasía. La esperanza implica desear, tender hacia algo posible. Si uno considera imposible alguna meta u objetivo jamás podrá alcanzarla. El creer que nuestras metas pueden hacerse realidad son una componente fundamental de su posibilidad. De ahí la importancia de desear lo posible o ver como posible lo que se desea.Hay que plantearse metas posibles y a partir de ahí luchar por ellas. Este es el camino de la esperanza.

No es lo mismo tener esperanza respecto de uno mismo que en relación a los demás. Y esta actitud abierta y esperanzada hacia los demás, solo puede surgir de un sentimiento profundo de esperanza individual. Solo podemos creer en los demás si creemos en nosotros mismos. 
La esperanza como sentimiento personal tiene que ver con los sentimientos de autoestima y confianza en uno mismo. De ahí la importancia de fijarse metas posibles. Porque de este modo cosecharemos resultados que a su vez aumentarán más nuestra estima. Plantearse metas imposibles nos aboca al fracaso. Y plantearse continuamente este tipo de metas nos llevaría a la frustración continua o, incluso, a la desolación. De ahí la importancia de realizar una crítica de nuestra propia filosofía personal y a partir de ahí construir una filosofía de la esperanza que nos oriente en la consecución de nuestras metas y nos permita conseguir resultados y de ese modo, ser conscientes de que somos capaces de perseguir fines posibles y realizables. Y en esto consiste, ni más ni menos, el camino de la felicidad y esta es la filosofía práctica que pretendemos y a la que os invitamos.

lunes, 21 de octubre de 2013

A propósito del texto de Michel Onfray (por Alberto Cerezo)


Comulgo con la mayoría de cosas del texto de Onfray pero no dejo de tener a la vista ciertas ambigüedades que suscita. Creo que desde la buena intención persigue el cambio pero lo presenta desde de un posicionamiento previo. Lo cierto es tengo que leer todo el libro porque invita a abrir nuevas vías y esto me emociona. En el texto que te mando creo que se deja entrever todo esto.
Ante el fracaso de los valores de la sociedad occidental (de herencia griega) cuya huella queda ilustrada en las guerras mundiales, el nazismo, la barbarie nuclear y los actuales fundamentalismos, a falta de una ética que se adapte a la sociedad o de una sociedad que se adapte a una ética, se hace necesaria la revisión de una subjetividad creadora y crítica que en positivo posibilite, aunque aún no garantice, una comunidad si no plenamente feliz sí al menos estable. Extiendo las palabras de Onfray más allá de lo que quizás él hubiera hecho cuando trata el tema de una comunidad filosófica centrada en la filosofía y alternativa al sistema educativo, a costa de su sugerencia sobre el horizonte social. Onfray invita a recrear un hedonismo nómada, portable, por tanto, idealizable y de índole imaginario pero con afección a lo real y cotidiano. Quizás en esta ruptura se halle la dificultad compleja de trasladar el universo ideal a la cotidianeidad del día a día. La posibilidad de convertir la utopía personal en proyecto visible y real. La realización del sujeto que en su actividad acaba con su ruptura. Se hace necesario entender que nunca fuimos agregados del mundo, algo externo a él, sino seres en el mundo (Merleau-ponty, Husserl). Tampoco fuimos ni debimos ser objetos ni para el poder ni para el Otro. Si no pertenecemos al mundo sino que somos en el mundo, creo que la posibilidad debe pasar por un sujeto que se presente en actividad, es decir, como ‘realizando mundo’ desde su propia vida, aspecto creador incluso en relación con el ámbito estético. Las consecuencias de desplegar un modelo de vida vienen sugeridas por las palabras de Onfray: el caballo de Troya, se efectúa desde la violencia crítica de presentar una forma de vida no habitual, no acostumbrada, alternativa a una sociedad estática, (también violencia para el propio sujeto que la emprende como cambio por primera vez). Cualquier cambio provoca una profanación en la estabilidad social, y por tanto cualquier cambio será sojuzgado previamente como pertinente o insolente. Es lo que acontece al individuo que se aparta de la polis, que elige el autocastigo pero cuya singularidad grita desde su modo de vida, desde su acto no encasillable. Mientras la república utilitarista, liberal, se ciñe al hecho de construir futuro colectivo, de construir sociedad, estructura jerarquizada, el individuo queda abandonado en lo abstracto; no se cuestiona sobre esta clase de sujeto prescindible e intercambiable. El jardín, agrupación local, ámbito de construcción de uno mismo, presenta a un individuo como parte imprescindible, formador de comunidad y de mundo. Universo inexplicable en su ausencia, se configura como fundamento de la edificación del grupo. Comunidad inextinguible que forzosamente requiere del sujeto y donde el sujeto es razón de ser, ya que el problema no es lo social ni el Otro sino la forma, la compartición de un mismo imaginario. Otra cuestión habla sobre el voluntarismo y sobre contrato; contrato de validez por serlo, por ser sinalagmático, por acogerse de esta manera y dependiente de la perspectiva del que examina la cuestión, ¿qué clase de contrato es mejor? Sin duda el elegido por uno mismo. ¿Es extensible la comunidad a toda una sociedad? ¿El Sistema tal y como lo conocemos garantizamos que realmente es irrecuperable? De darse el cambio en uno mismo quizás sirva para evitar el horror y el fracaso de la civilización europea, explicaría Habermas. Hablamos de la amistad y el diálogo. El consenso frente a la intolerancia de la incomunicación que se produce en el espacio geométrico y homogéneo donde el Otro es no referencial, no identificado y que me convierte a mí mismo en otro eje indeterminado, no central. Es necesaria una centralización referencial en un mundo ordenado donde cada uno, punto central de ese mundo, pueda orientarse a múltiples direcciones, donde se produzca la compresión de mí mismo sin otra posibilidad de ser sino es en el Otro. Si el sujeto es en el mundo es al mismo tiempo creador de éste. Por eso cualquier cambio originado desde el sujeto puede afectar al resto de cosas en las que se rodea de manera transformadora, a veces provocado a veces inconsciente. De esto trata el film Atlas de las nubes donde las transformaciones no se dan solo en el espacio sino a través del tiempo en una especie de causalidad donde incongruentemente el azar parece desembocar en un determinismo, de nuevo el individuo afectado por el círculo hermenéutico. El jardín lo que sí garantiza es que se comparte la finalidad de la misma búsqueda por todos sus integrantes. No garantiza el consenso, solo la empatía de un mismo fin y el fin perfila un sujeto quizás también alienado en la consecución del hedonismo. El matiz en cuestión quizás estribe en la elección personal del sujeto que entrega su parte como bien para el otro y espera esta misma reciprocidad del otro también. Elevar ese encuentro desde la amistad puede generar nuevos valores superiores. ¿Cuánta alegría debo ver en el otro para que mi alegría pueda ser alegría plena? ¿cuánto desagrado debo suprimir? ¿es suficientemente amortiguador desviar la mirada de lo feo, de lo sufriente? ¿qué tipo de hombre es ese desconocido hombre sin sufrimiento? Son preguntas que quizás solo puedan responderse ‘haciendo’, en la praxis de una nueva sociedad propuesta. Quizás más allá de la comunidad podamos trasladar el concepto de clase marxista, la revolucionaria asociación capaz de originar el cambio, donde clase ya no se definiera por su particularidad económica social sino por aspectos críticos e inalienables de la persona que se ve reflejada en otra clase de valores. Estimada lección que aprendimos sobre la revolución que quiso convertirse en Estado sin especificar más detalles sobre el mantenimiento de éste mismo, proyecto del que no supimos hacernos cargo; un nuevo tipo de jardín como aspiración dice Onfray, cambiar el sistema y así bajo el estandarte de uno nuevo y por tanto de un nuevo sujeto, provocar la ruptura con el ser heredado, según dirían Nietzsche o Heidegger cada uno desde su perspectiva. Pero la meta vale la pena, intentar lograr esta satisfacción suprema: el puro placer de existir, del ser conduciéndose a lo que es su propia tendencia: persistir; ser capaz de llevar una vida fuerte, dirían los nativos americanos, una vida que merece la pena ser vivida…  

                                                                                                         Alberto Cerezo

sábado, 19 de octubre de 2013

Michel Onfray (bibliografía)

A petición de algunos amigos y seguidores publico un enlace a la bibliografía de este autor.

.http://mo.michelonfray.fr/category/oeuvres/bibliographie/

Muchos de sus libros están tarducidos al castellano.


jueves, 17 de octubre de 2013

Nacimiento de la Filosofía (2)




Ciudades griegas del Tirreno y del Jonio en las que se desarrolló la epistéme de los físicos en los siglos VI y V a. C.

Nacimiento de la Filosofía


Tales nace en la segunda mitad del S. VII a. C. en Mileto.


Mileto en la época de Tales.